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Women being interviewed

“I was so scared. I didn’t know if I was going to make it to the next day,” recalled Luz Drada, an advocate and program coordinator with Moms Clean Air Force, recounting the harrowing experience of her high-risk pregnancy at Maternal and Child Health in a Dangerous Climate, a forum held in Washington, DC, exploring the intersections of global warming, air pollution, and maternal health disparities. 

Diagnosed with preeclampsia, a life-threatening condition that disproportionately affects women of color, Luz later discovered what her doctors never told her: exposure to air pollution and extreme heat may have contributed to her condition. “No one warned me about air quality. No one said not to go outside on hot days,” Luz said. “Now I know those things could have made a difference.”

Her testimony at the forum underscored a growing crisis: the environmental burdens that unequally harm women of color, especially during pregnancy. “Most women of color don’t know there’s a connection between environmental factors and pregnancy,” she added. “I want to be that point of reference for women who need this information and aren’t getting it from their doctors.”

The data backs her up. Black women in the U.S. are three times more likely than white women to die from pregnancy-related complications. And increasingly, environmental stressors such as air pollution, extreme heat, and exposure to toxic chemicals are being recognized as contributing factors.

Health professionals and environmental advocates at the forum stressed that these risks aren’t abstract. They’re lived realities for communities historically excluded from environmental protections and quality health care. One speaker traced these injustices back more than a century.

“Since the earliest recorded health outcomes, disparities have existed, and in the 1890s, figures like Frederick Hoffman used these disparities among Black people in the rural South to argue for racial inferiority, blaming individuals rather than the environments that shaped their health,” said Dr. Sharon Malone, OB-GYN, New York Times best-selling author of Grown Woman Talk, and women’s health advocate. “When you begin from a place of blame rather than context, you perpetuate injustice from the very start.”

That historical context was echoed in the personal reflections of Dr. Julie A. González, who grew up in a family of migrant farmworkers. She offered a stark example from her own childhood. “I remember a pregnant woman working in the fields who lost her baby after being exposed to pesticides every day,” González said. “She didn’t speak English, wasn’t documented, and had nowhere to turn. Her pain wasn’t just physical, it was emotional and psychological. We can’t separate mental health from environmental justice.” Her story speaks to a broader truth: environmental hazards are not only worsening due to climate change but are also hitting the most vulnerable the hardest. 

That reality was laid bare by Nsedu Obot Witherspoon, MPH, Executive Director of the Children’s Environmental Health Network, who emphasized how early these burdens begin: “This is where we're at. Every child is born pre-polluted in this world. If you are any child, this is challenging. If you're a Black or Brown child in this world, and especially America, that is an additional challenge to overcome.”

Speakers at the event called for urgent, systemic reforms, stronger air quality regulations, climate adaptation strategies, and investments in communities living near industrial pollution sources, like manufacturing facilities. But they also emphasized the power of local, community-led solutions and the importance of listening to those most affected.

“This is about justice,” said Luz. “It’s about ensuring every mother can have a healthy pregnancy and a safe environment.”

Dr. Jalonne White-Newsome, former Chief Environmental Justice Officer at the White House Council on Environmental Quality (CEQ), offered attendees a powerful call to action:

“Let’s continue to be a force and center people and health in all our policy solutions and activate the work at the local and state level like never before. And remember, if we don’t fight for our kids, who will?”

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“No lo sabíamos”: Cómo el cambio climático y la contaminación del aire están poniendo en peligro silenciosamente la salud materna

 Si no luchamos por nuestros hijos, ¿quién lo hará? — Dra. Jalonne White-Newsome

Por: Almeta E. Cooper, Gerente Nacional de Justicia en Salud, y Liz Hurtado, Gerente Nacional de Campo en Moms Clean Air Force

 

“Estaba muy asustada. No sabía si iba a sobrevivir al día siguiente”, recordó Luz Drada, defensora y coordinadora de programas en Moms Clean Air Force, al relatar la angustiante experiencia de su embarazo de alto riesgo durante el foro Salud Materna e Infantil en un Clima Peligroso, realizado en Washington D.C., donde se exploraron las intersecciones entre el calentamiento global, la contaminación del aire y las disparidades en la salud materna.

Diagnosticada con preeclampsia, una condición potencialmente mortal que afecta desproporcionadamente a mujeres de color, Luz descubrió más tarde lo que sus médicos nunca le dijeron: la exposición a la contaminación del aire y al calor extremo podría haber contribuido a su condición. “Nadie me advirtió sobre la calidad del aire. Nadie me dijo que no saliera en los días calurosos”, dijo Luz. “Ahora sé que esas cosas podrían haber hecho la diferencia”.

Su testimonio en el foro puso de relieve una crisis creciente: las cargas ambientales que afectan de manera desigual a las mujeres de color, especialmente durante el embarazo. “La mayoría de las mujeres de color no saben que existe una conexión entre los factores ambientales y el embarazo”, agregó. “Quiero ser ese punto de referencia para las mujeres que necesitan esta información y no la reciben de sus médicos”.

Los datos respaldan sus palabras. En Estados Unidos, las mujeres negras tienen tres veces más probabilidades que las mujeres blancas de morir por complicaciones relacionadas con el embarazo. Y cada vez más, se reconoce que los factores ambientales como la contaminación del aire, el calor extremo y la exposición a químicos tóxicos contribuyen a estas complicaciones.

Profesionales de la salud y defensores del medio ambiente en el foro enfatizaron que estos riesgos no son abstractos. Son realidades vividas por comunidades históricamente excluidas de las protecciones ambientales y del acceso a atención médica de calidad. Una de las participantes rastreó estas injusticias hasta más de un siglo atrás.

“Desde los primeros registros sobre resultados de salud, han existido disparidades y en la década de 1890, figuras como Frederick Hoffman usaron esas disparidades entre personas negras que vivían en áreas rurales en el sur para argumentar en favor de la inferioridad racial, culpando a los individuos en lugar de a los entornos que moldeaban su salud”, explicó la Dra. Sharon Malone, obstetra-ginecóloga, autora del libro Grown Woman Talk, reconocida en la lista de los más vendidos del New York Times y defensora de la salud femenina. “Cuando se parte desde un lugar de culpa en lugar de contexto, se perpetúa la injusticia desde el principio”.

Ese contexto histórico también se reflejó en las vivencias personales de la Dra. Julie A. González, quien creció en una familia de trabajadores agrícolas migrantes y compartió un ejemplo impactante de su infancia. “Recuerdo a una mujer embarazada que trabajaba en los campos y perdió a su bebé tras estar expuesta a pesticidas todos los días”, contó González. “No hablaba inglés, no tenía documentos y no tenía a quién recurrir. Su dolor no fue solo físico, fue también emocional y psicológico. No podemos separar la salud mental de la justicia ambiental”. Su historia refleja una verdad más amplia: los riesgos ambientales no solo están empeorando debido al cambio climático, sino que también afectan con mayor dureza a los más vulnerables.

Esa realidad fue evidenciada por Nsedu Obot Witherspoon, MPH, Directora Ejecutiva de la Red de Salud Ambiental Infantil, quien recalcó cuán temprano comienzan estas cargas: “Esta es nuestra realidad. Cada niño nace pre-contaminado en este mundo. Si eres cualquier niño, esto ya es un reto, pero si eres un niño negro o moreno en este mundo y especialmente en Estados Unidos, es un reto adicional que debes superar”.

Los oradores del evento hicieron un llamado urgente a reformas sistémicas, regulaciones más estrictas sobre la calidad del aire, estrategias de adaptación climática e inversiones en comunidades cercanas a fuentes de contaminación industrial, como fábricas. Sin embargo, también destacaron el poder de las soluciones lideradas por la comunidad local y la importancia de escuchar a quienes más sufren estas problemáticas.

“Esto tiene que ver con la justicia”, dijo Luz. “Se trata de garantizar que toda madre pueda tener un embarazo saludable y un entorno seguro”.

La Dra. Jalonne White-Newsome, ex Directora de Justicia Ambiental del Consejo de Calidad Ambiental de la Casa Blanca, ofreció a los asistentes un poderoso llamado a la acción: “Sigamos siendo una fuerza, centremos a las personas y la salud en todas nuestras soluciones políticas, y activemos el trabajo a nivel local y estatal como nunca antes. Y recuerden: si no luchamos por nuestros hijos, ¿quién lo hará?”